miércoles, 2 de enero de 2008

A gran velocidad

- ¿Que tal doctora?

- Bien, bien. Ya me dirá que le pasa.

- Nada, aparte de que soy mayor y estoy más cascao que un carro de segunda mano. Vengo a ver que tal ha salido mi “analís”.

- Pues sale todo muy bien. Hay sólo una cosa que tendremos que ir vigilando y es que tiene bastante velocidad.

Aparto la mirada del ordenador y observo cara de duda en el abuelo. Me aclara su extrañeza.

- Pues doctora, usted ya sabe que yo andar rápido, no es que ande, por culpa de la dichosa rodilla, y si no fuera por el bastón no saldría ni de casa, pero si usted lo dice, ya iré más despacio.

(cosas del lenguaje mal entendido y quizás mal expresado)

1 comentario:

Yurilís Fuentes dijo...

Creo que eso nos pasa con frecuencia cuando estamos tan ocupados y creemos que todos los que están a nuestro alrededor conocen nuestros términos.......o peor aún ya nos salen al natural en cualquier instancia, en ocasiones con miradas particulares de los amigos... excelente blog...